miércoles, 9 de septiembre de 2015

Presente...

Distorsión de realidad, putrefacción abstracta y desorden mental que consume de manera enfermiza mi entidad, forzado a actuar como un idiota, obligado por la miseria que ahoga y presiona apunto de asfixiarme... pero... ni ganas tengo de gritar, solo disfruto de la tortura. Sonrío pensando, desencadenando pensamientos oscuros, nefastos, blasfemos y retorcidos. esta vida es sufrimiento, agonía... tan corta y tan mísera, a nadie le importa ser consumidos, lamento todas las almas en pena que veo en las calles, lamento mi realidad tanto como odio mis pensamientos. querer hacer algo no es suficiente, debes sufrir DEBO SUFRIR, debo auto destruirme y gozar de la sangre que brotará de mis venas y salpicará a quien esté frente a mi... REIRÉ hasta morir


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 Debo acotar que amo, amo mi fruto, que nació de toda la felicidad que tenía escondida, ahora solo me queda..... me queda solo.... tal vez no.... quedará algo?....

sábado, 1 de octubre de 2011

Día a día



Desespero al límite de la euforia, lloro riendo como un loco en aquellas noches de Luna llena, pienso en ti tanto que perdí la costumbre de respirar, veo fotos en mis sueños cuando camino por el sendero de la felicidad... cuando logro divisar tu silueta a lo lejos, tan bella y difícil de tocar, solo corro con ganas de besar y jamás soltar, pensando en un día que este dulce y angustiante sueño se haga realidad, con un beso y un buenas noches al lado de mi amada que me hace soñar.

lunes, 27 de junio de 2011

Un segundo




  Una vida sin recuerdos, momentos de negación y desolación, minutos eternos, viajes sin destino donde encuentro voces sin voz, caricias sin temor, oídos sordos y miradas frías, pensamientos de rencor y euforia que forman placer por lo desconocido, conmocionado por la ternura del dolor, la pasión que provoca un choque contra mi carne, vivir lo no vivido, sentir lo mas profundo de una mente que no descansa, el placer del tormento, la furia de la soledad, un momento que dura un segundo, un instante que puedo atravesar mis venas, de golpear el suelo que solo deja marcas con sangre mientras atravieso por el puente de la tortura, disfrutando del éxtasis y de la fuerza que me impulsa sin presagiar el abismo frenético y la carnicería existencial que hacen contacto con la realidad, un paso en falso a la locura, y un retroceso a la demencia, cansado de las formas del agua, y disfrutando las formas del fuego.